Escribir rota.
Siempre he creído que el amor nos hace escribir las mejores cosas cursis que el mundo ha visto, pero el desamor, la tristeza, la confusión nos hacen publicar lo más oscuro de nosotros, lo más bajo, lo perfecto.
Hoy escribo así, rota, sin ilusión de nada, sin esperar nada, me he cansado ya de esperar.
Quisiera poder sacar todas aquellas cosas que he guardado tan dentro de mí que poco a poco me han ido consumiendo, quiero hacer eso que dejé pendiente hace mucho, eso que me salté porque no lo creí necesario ¡vaya que lo era!
No, no soy la enamorada la que escribe, soy la triste, la que no sabe qué dirección tomar porque todos los caminos se han ido a la mierda, soy lo que siempre fui pero no había querido ver.
Ay un extraño dolor en mi pecho, uno que es muy mío, uno que no había sentido desde hace tanto... Sí, me rompieron de nuevo.
A veces me pregunto ¿cómo pude haber sido la misma? ¿Cómo volví a eso de lo que había estado huyendo desde hace ya varios años?
La primera vez fue tan doloroso que no podía respirar, el aire me faltaba todo el tiempo y la vida parecía haberse quedado sin sentido pero ahora no hay nada de eso ¡nada!
Estoy jodida, sin saber si quiero llorar o reírme de todo, sin entender si quiero correr o simplemente sentarme a esperar.
Sólo quiero estar aquí, sentada frente a este maldito ordenador escribiendo todo aquello que no puedo decir porque la gente a mi alrededor no lo entendería, porque no saben cómo se siente, porque no aman como lo hago yo, porque no les duele de la misma manera el hecho de saber que hagan lo que hagan las cosas no son y no serán.
Amar nos vulnerabiliza, nos hace seres expuestos, sin máscaras, sin trucos, torpes y a veces hasta inútiles.
No, creo que me he equivocado, no es amar lo que nos vuelve así, es la comodidad, el sentimiento de pertenencia, la zona de confort.
Pero después de cruzar por ella te das cuenta que no puedes permanecer ahí, estática, no, tú eres más que eso, más que lo que una persona alimenta de ti, eres más.
Entonces sonríes y piensas que la vida no puede ser más desgraciada contigo y pasa que entiendes que no es así, que puede y va a ser peor.
A veces entender que lo mejor de mí está oculto bajo capas y capas de tristeza y momentos horribles es muy difícil, ni siquiera yo misma lo entiendo, me he cansado de intentarlo.
¿Vale la pena estar a mi lado? No lo sé.
Pero no puedo escribir con la cabeza fría y el corazón caliente... aún no se enfría por completo.
Hoy escribo así, rota, sin ilusión de nada, sin esperar nada, me he cansado ya de esperar.
Quisiera poder sacar todas aquellas cosas que he guardado tan dentro de mí que poco a poco me han ido consumiendo, quiero hacer eso que dejé pendiente hace mucho, eso que me salté porque no lo creí necesario ¡vaya que lo era!
No, no soy la enamorada la que escribe, soy la triste, la que no sabe qué dirección tomar porque todos los caminos se han ido a la mierda, soy lo que siempre fui pero no había querido ver.
Ay un extraño dolor en mi pecho, uno que es muy mío, uno que no había sentido desde hace tanto... Sí, me rompieron de nuevo.
A veces me pregunto ¿cómo pude haber sido la misma? ¿Cómo volví a eso de lo que había estado huyendo desde hace ya varios años?
La primera vez fue tan doloroso que no podía respirar, el aire me faltaba todo el tiempo y la vida parecía haberse quedado sin sentido pero ahora no hay nada de eso ¡nada!
Estoy jodida, sin saber si quiero llorar o reírme de todo, sin entender si quiero correr o simplemente sentarme a esperar.
Sólo quiero estar aquí, sentada frente a este maldito ordenador escribiendo todo aquello que no puedo decir porque la gente a mi alrededor no lo entendería, porque no saben cómo se siente, porque no aman como lo hago yo, porque no les duele de la misma manera el hecho de saber que hagan lo que hagan las cosas no son y no serán.
Amar nos vulnerabiliza, nos hace seres expuestos, sin máscaras, sin trucos, torpes y a veces hasta inútiles.
No, creo que me he equivocado, no es amar lo que nos vuelve así, es la comodidad, el sentimiento de pertenencia, la zona de confort.
Pero después de cruzar por ella te das cuenta que no puedes permanecer ahí, estática, no, tú eres más que eso, más que lo que una persona alimenta de ti, eres más.
Entonces sonríes y piensas que la vida no puede ser más desgraciada contigo y pasa que entiendes que no es así, que puede y va a ser peor.
A veces entender que lo mejor de mí está oculto bajo capas y capas de tristeza y momentos horribles es muy difícil, ni siquiera yo misma lo entiendo, me he cansado de intentarlo.
¿Vale la pena estar a mi lado? No lo sé.
Pero no puedo escribir con la cabeza fría y el corazón caliente... aún no se enfría por completo.


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