Te extraño.
Necesito escribir esto como si lo pudieras leer, no sé exactamente por qué sólo sé que me gustaría volver a verte.
Extraño que llegues al cuarto para las 9 y me despiertes y me ponga de malas, extraño escucharte decir puras babosadas cuando estábamos solos, que me pidas que ponga a calentar tu agua y yo te diga que no, extraño hacerte de comer y que aunque no te gustará como quedaba siempre me dijeras que sabia rico aunque le faltaran kilos de sal o se hubiera quemado.
Extraño tus complicidades, esos permisos a escondidas de mi mamá, que igual nunca fueron a escondidas porque siempre terminabas diciéndole que me habías dejado salir cuando ella no estaba.
Extraño que me vieras llorar y nunca me abrazaras ni nada y sólo me dijeras "Ay gordita, la cagaste"
¿Te acuerdas de mi primera borrachera? Ese día me sentí tan alcohólica cuando comenzaste a decirme cómo hacerle para quitarme el enorme golpe que tenía en la frente.
¿Recuerdas nuestras jugadas de baraja? Siempre me ganabas, mi mamá decía que jamás apostara contigo, que siempre iba a perder.
Eras un vicioso, siempre lo fuiste y al final eso te mató. Aunque creo que tuviste la muerte que muchos desean, de golpe, así sin tanto drama.
Siempre fuiste a misa, te gustaba ir, yo no creo en ello pero espero que ese Dios en el que tú confiabas te haya recibido a su lado.
Aún no me hago a la idea, siento que en cualquier momento saldrás caminando de la recámara porque quieres ir al baño antes de irte a trabajar y me verás en la mesa porque sigo en la computadora, o que llegaré y te veré parado en la esquina después de ir a dejar la basura, siento que voy a encontrar tus periódicos regados por la casa y voy a tener que esconderlos para que los leas después y mi mamá no lo tiré.
¿Te acuerdas que me compraste un libro? No he podido leerlo, no sé, tengo ganas de abrirlo y leerlo pero no puedo.
Te extraño, la vida sin ti no es fácil, nos quedamos con muchos problemas, con deudas, con cosas que no se arreglan de un momento a otro, te extraño y duele. Me dueles.
Pero te agradezco tu apoyo, agradezco que hayas estado, que me hayas cuidados y me hayas querido, que hayas visto por nosotras, pero sobre todo te agradezco que fueras el único hombre que no se fue de mi vida porque lo haya decidido, te agradezco que no me hayas abandonado pues, aunque ahora no estás conmigo no es porque lo hayas decidido tú, sino la vida.
Ahora en la casa no hay tortillas, no hay quien compre shampoo, trato de no usar la crema que comprabas sólo para ti y para mí porque sé que cuando se terminé mamá no comprará más, no le gusta.
Hoy lloré mucho, es que recordé cómo me pedías que pusiera el hilo en la aguja porque no podías y además te daba flojera hacerlo... Extraño que el domingo me traigas panecitos de queso, nunca me explicaste bien dónde comprarlos y ahora no los encuentro y no hay quién me los compre.
Te extrañamos, mi mamá, Luna... yo. ¿Sabes? Me habría encantado que me vieras como toda una enfermera, que fueras a mi boda, que hicieras esas cosas que alguna vez dijiste. Me alegra que hayas conocido a Arih, que ella también te conociera, que te impresionara con sus bailes en Europa y que te cayera bien, me alegra porque es ella.
Te agradezco infinitamente todo lo que hiciste, gracias. TE AMO PAPÁ.


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