Luz de luna

Confesiones y sueños...

viernes, 20 de diciembre de 2013

Noches...

Desde hace un par de años descubrí las bondades de dormir acompañada; cada persona tiene un modo distinto de dormir, de abrazarte, incluso de despertarte.
Esta noche ha sido distinta, ella durmió entre mis brazos, se acomodó como nadie lo había hecho y se quedó dormida, así, después de un "Buenas noches amor" me abrazó y durmió. 
He de confesar que yo estaba a costumbrada a que (dado que dormir fuera de mi casa es casi imposible) las noches que podía compartir con alguien no eran necesariamente para dormir, así que esperaba que esta noche no fuera la excepción, pues era mi cama, mi casa, ¡solas! Y bueno, ella se quedó dormida. 
Lo curioso del asunto radica en que, esas ganas de no dormir, se cristalizaron en un largo rato mirándola dormir a ella, abrazándola, escuchando su respiración y sintiendo como se acomodaba más y más cerca... Fue tan, tan, indescriptible.
Luego de un rato me levanté de la cama, debía apagar la tv y tuve que desacomodarla, al regresar a la cama volvimos a abrazarnos y nuevamente durmió.
Con ayuda de la ligerísima luz que entraba por la ventana, podía ver a Arih: perfecta, única, dormida tan cómodamente que temía moverme y despertarla.
No pude evitar pensar en que desearía que todas mis noches fueran así, después de un día en la escuela o en el trabajo, que todas las noches llegáramos a casa, alimentáramos a nuestras mascotas, cenáramos y nos pusiéramos las pijamas para ir a la cama mientras intentáramos encontrar en la red una buena película para ver hasta dormirnos. No pude dejar de pensar que dormir a su lado era el sueño más increíble de todos.
Ella simplemente llegó a mi vida de un modo curioso, lleno de casualidades, de cosas mágicas que han hecho que estos 4 meses sean lo más maravilloso que me ha pasado. No puedo describir la sensación tan placentera de tenerla dormida entre mis brazos, de que por primera vez yo pudiera abrazar a alguien y que ese alguien se acomodara tan perfectamente conmigo, que no me empujara, que se quedara ahí, respirando cerca de mí.
No sé en qué momento el cansancio me venció, curiosamente tuve un sueño no muy grato pero fue hermoso despertar de él y que por primera vez en mi cama estuviera el ser que me tranquiliza con sólo mirarme... La abracé fuerte, me acurruqué junto a ella y volví a dormir.
Por la madrugada desperté, me resultó curiosa la posición en la que dormíamos, ya que, como es mi costumbre, quedé dormida boca abajo, Arih estaba acostada casi sobre de mí y Luna dormía cómodamente acurrucada a un costado de ella, todo en la orilla de una cama king size mientras que los otros dos tercios de cama permanecían vacíos.
Me levanté a tomar agua, al regresar a la cama mi novia estaba ya despierta, no pudimos volver a dormir. Nos quedamos conversando un rato y, ya saben, todos los días se aprende algo; esta vez yo aprendí que efectivamente, como dice mi novia, las noches se hicieron para dormir pero las madrugadas, las madrugadas señores se inventaron para otras cosas...
Al amanecer el sol comenzaba a entrar por la ventana, créanme cuando les digo que ha sido el mejor "buenos días" de mi vida.
Salimos corriendo de casa para ir a desayunar con su mamá (ni se imaginan la de trámites que tuvimos que hacer para que pudiera quedarse a dormir conmigo) y todo funcionó muy bien.
¿Saben? Jamás me había sentido tan bien, ella me hace una persona diferente, con sus chistes sosos me hace reír muchísimo, a mí, que de naturaleza soy amargada me dibuja una sonrisa todos los días.
Me hace y me deja ser la mujer más perversa de la tierra, me hace sentir hermosa, incluso me hace pensar que puedo llegar a ser provocativa o alguna de esas cosas que jamás creí ser. Ella logró que el compromiso dejara de ser una carga para mí y se convirtiera en algo que quiero, en algo que no me pesa porque es con la mujer correcta.
Amo cuando me mira como si yo fuera lo más perfecto de la tierra, amo sus abrazos bonitos, como juega con mi sistema límbico, incluso la manera en que su pequeño cuerpo encaja perfecto con el mío.
Después de tantos intentos creo que por fin puedo decir que es ella con quien quiero compartir mi vida, ella es la persona con quien quiero quedarme y dormir y despertar todos los días, con quien quiero llorar de emoción o de tristeza, con quiero cocinar aunque se nos queme la comida... Es ella con quiero vivir.
Ella me ha hecho vivir, me ha hecho entender que los días no se cuentan; los días se viven, se sienten, se disfrutan. 
Es ella a la que mi mamá ya ve como mi esposa, soy yo a la que su familia ya considera parte de la familia, somos nosotras una de las parejas más lindas que hay y a la que sinceramente muchos(as) envidian.
La amo.
Mi error siempre fue buscar al amor de mi vida pensado que venía prefabricado, que lo encontraría ya hecho y que sólo lo iba a tomar, no, el amor no viene así. El amor se construye día a día, se alimenta, se cuida, el amor crece porque tú lo deseas, porque buscas mil maneras de que esa persona sea feliz a tu lado aunque sientas que no la mereces, aunque sientas que eres la más mala de las malas y que ella y su bondad no son para ti.
Como dijera Gibrán Jalil Gibrán... El amor sólo se colma con amor.

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