Luz de luna

Confesiones y sueños...

viernes, 18 de marzo de 2011

Sentirla, amarla, vivirla...



Su aliento es como miel aromatizada con clavo de olor;
Su boca,

deliciosa como un mango maduro.
Besar su piel es como probar el loto.
La cavidad de su ombligo oculta acopio de especias.
Qué placeres yacen después, la lengua lo sabe,
pero no puede decirlo.


Srngarakarika, Kumaradadatta (siglo XII)

Hoy sólo quiero embriagarme de recuerdos, de los momentos más hermosos que pase a su lado, de su entrega...
Puedo decir que estar con ella fue increíble, puedo decir que tener su compañía fue magnifico. Tomarla entre mis brazos era tocar el cielo, hacerle el amor era un momento de entrega total, en el que mi cuerpo y el suyo se unían de manera tal, que no quedaban espacios vacíos.
Mirarla recostada junto a mi, con las mejillas rojas y sus labios deseosos de ser besados, era la sensación más placentera de todas, en ese instante, el mundo se reducía sólo a ella, sólo a mi...
Cada parte de su cuerpo era un misterio para mi, a pesar, de que es igual al mio; cada rincón de su ser era una nueva experiencia, un nuevo reto. Descubrí poco a poco lo sitios que la hacían temblar, los besos que la hacían suspirar, las caricias que lograban en ella sensaciones que no conocía... pero que le agradaban.
Sus ojos, sus hermosos ojos que me miraban y lentamente se cerraban cuando las sensaciones se hacían más y más fuertes, su boca, que lanzaba gemidos y repartía suspiros cada vez que mis manos se encontraban enloquecidas sobre su piel, su cuello que con mis besos producía en ella un escalofrío que iba más allá de su control y su espalda... ¡ahh! ¡Como extraño su espalda! Seguir la fina linea que la divide con mis labios se volvió mi vicio más grande, llenarla de caricias, de besos era para mi la droga perfecta.
Cuando se recostaba desnuda sobre mi y su piel rozaba la mía, todos mis pensamientos se esfumaban y sólo podía verla, sentirla, amarla...
Sus piernas eran un vicio, morderla, ir provocandola poco a poco para abrirme las puertas del paraíso, era mi juego predilecto, era su trampa favorita y cuando por fin su resistencia caía, mis ansias se desencadenaban en movimientos lentos, en los que sólo dejaba que mi instinto me guíara, en los que sólo me dedicaba a vivirla. Y cuando alanzaba la cima y caía rendida sobre la cama, el recostarme junto a ella y sentir sus brazos alrededor de mi era la mejor forma de terminar aquel momento, aunque a veces, sólo era un descanso, después, volveríamos a empezar...
Sentirla, amarla, vivirla... eso hice, eso haré.









domingo, 13 de marzo de 2011

Ya no quiero

Hoy me siento de la chingada, a decir verdad estoy escribiendo por que tengo enfrente de mi un frasco de "Vitalaif" y sé que si no ocupo mi mente en algo, hare la pendejada que llevó pensando desde hace algunas horas.
Todo se reduce a que me estoy dando por vencida, a que ya no tengo ganas de nada... Me hicieron prometer que la dejaría, si mi madre supiera cuanto amo a la mujer con la que estoy no se atrevería siquiera a pedirlo pero no lo sabe...
Para ella la que está mal soy yo, la que está "enferma" soy yo, la que tiene un "trastorno" soy yo; mi padre (por que por arte de magia resulta que siempre si se acuerda de mi) me llama para decirme "A las personas que les tienes cierto aprecio las apoyas" Ja! Como si su "aprecio moderado" fuera para mi lo máximo. Él quiere orar por mi, pedir por que mi alma se salve, pedir que rectifique mis errores...
Hace una semana yo era feliz, me sentía plena, tenía todo eso que me hacía falta, una pareja que me amaba tanto como yo a ella, amigos nuevos, una carrera que me encanta... y de pronto TODO SE FUE A LA MIERDA.
Nunca me había sentido como ahora, nunca habían pasado por mi mente pensamientos tan suicidas como los que tengo ahora, jamás había sacado el medicamento del frasco y lo había mirado con tanto deseo.
Ya no puedo, simplemente ya no puedo, todo se viene abajo...
Quise salir corriendo, juro que estuve a punto de tomar mi bolsa y mi sueter y salirme de mi casa sólo con los 70$ pesos que traigo ¿A dónde? La verdad no tengo ni puta idea.
Mi madre me dijo "No quiero ni abrazarte ni besarte por temor a confundirte más" O sea como si yo fuera una maldita depravada.
Cansada le dije "Ya no quiero nada, no quiero salir con nadie, no quiero nada... sólo terminar mi carrera y ya" Ella me miró y dijo "¿Aceptas que estás mal?" Yo la mire y le dije "Si, estoy enferma tengo un problema y lo voy a solucionar"
Sé que no tengo un problema, sé que no estoy enferma, pero eso era lo que ella quería oir, eso le dije...
Aún veo el frasco de pastillas y de verdad tengo ganas de tomarlo, la cabeza está a punto de explotarme, tengo ganas de seguir llorando, quiero salir corriendo de aquí...
¿Por qué no me lo tomo? No sé... simplemente creo que me da miedo hacerlo.
Estoy desecha, siento que todo lo que hago arruina la vida de los demás, siento que amar a alguien como lo hice sólo ocasionó problemas, sólo quiero irme, de verdad sólo quiero irme...
Dije que miraría hacia adelante pero ya no puedo...