Luz de luna

Confesiones y sueños...

domingo, 29 de septiembre de 2013

Harta

Necesito gritar, necesito decir que algo dentro de mi me está matando, que esta maldita opresión en el pecho no me deja respirar, que quiero salir corriendo lo más lejos que se pueda, que estoy harta, cansada, herida.
Quiero que el mundo se vaya al carajo, no me puedo sostener, no quiero nada.
¿Tan mal he actuado? ¿De verdad me merezco todo esto? ¿Me merezco pasar por todos estos desmadres?
Yo tenía tantos sueños, tantas ganas, tantos planes, creía que la vida sería bondadosa, clemente, piadosa conmigo, me lo debía la cabrona.
Al contrario de eso me ha golpeando una y otra vez, una vez más fuerte que la anterior, una vez más y más y más, esperando a que me caiga.
Tengo tanto miedo, tanto enojo, tanto de todo y estoy tan cansada.
Mi vida se fue a la mierda, ¿comenzar una carrera otra vez? ¿Volver al inicio? Y luego perder a Enrique, perder la seguridad que tenía, ver a mi madre desmoronarse y no poder hacer nada, ver que la gente es una maldita interesada, que de mis amigas sólo una pudo venir a verme y abrazarme, que la gente no entiende lo que sientes al perder a alguien, que nadie entiende pero todo mundo "se lo imagina" y su imaginación es ta limitada que te hiere, que te resulta molesta su estúpida idea de creer que con hablarte de sus muertos tú podrás superar a los tuyos.
Estoy cansada de aguantarme, estoy cansada de no poder llorar porque tengo que ser fuerte, porque si yo no estoy bien y no le ayudo mi madre se viene para abajo.
Siento mis hombros tan casados, de pronto me miré en el espejo y me sentí tan terriblemente acabada, tan vieja, tan sumida en el fracaso.
Tengo 21 años y el mundo para mí es una mierda, tengo 21 años y cada vez más y más me voy convenciendo que no hay cosas por las cuales luchar, ¿temerle al infierno? ¿Para qué? YA VIVIMOS EN ÉL.
Me siento tan desolada, yo no creo que Enrique esté en el cielo, está muerto y ya MUERTO y creer en el día del juicio final no me sirve de nada ESTÁ MUERTO y con él están muertas tantas cosas...
Yo no creo que me vea, no creo que me escuche, no creo ni siquiera que se imagine que mi mamá se quedó con un montón de problemas y que yo no soy tan fuerte como lo piensan, que me estoy comiendo todo esto porque no sé cómo lo voy a lograr si no salgo.
De pronto miro por la casa y siento que en cualquier momento voy a despertar y todo será como antes, que todo se quedó en que iba a regresar a clases a mi último semestre de la carrera, que los últimos dos meses no han pasado, que el mundo se detuvo y me esperó...
Pero el mundo no espera, las cosas no son como yo quiero y me está cargando la chingada y no puedo decirlo.
Quiero a alguien que se haya sentido igual de miserable que yo, quiero a alguien que no me diga "imagino cómo debes sentirte" quiero a alguien que me diga "sé cómo te sientes" porque nadie lo sabe, nadie sabe que la vida ha sido una puta conmigo, una puta que me cobra caras las pocas buenas cogidas que me ha dado.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Inmortalizar...

Dicen que si no puedes olvidar a una mujer debes escribir sobre ella, yo no quiero olvidarte pero quiero inmortalizarte, a ti y todo lo que tú eres, lo que representas, lo que amo...
Acabas de irte y mis brazos ya se sienten vacíos, un hueco enorme los atormenta, un espacio que sólo se llena con tu cuerpo que tan perfectamente lo abarca.
Es que esa eres tú, tan simple, tan compleja, tan bella entre las bellas y horrible entre las más temibles, puedes ser luz o sombra, día o noche, puedes y eres lo que quieres.
Me tienes atrapada en tus manos, me tienes y lo sabes, pero no me abandonas, tu confianza no se construye sola, le hacen falta mis palabras anhelantes, esas que te llaman cada noche, cada mañana.
Te amo pero no te poseo, no mujer, te quiero libre, que te lleve el viento por donde quiera y que después, regreses por voluntad, porque lo deseas, porque tus ojos necesitan verme.
Un temor terrible se apodera de mí al imaginar que te pierdo, la sola idea estremece mi piel y me hace temblar, pero no eres mía, no le perteneces a nadie, sólo vienes y te vas.
Me enamoré de ti en la libertad de un beso, en el primer encuentro nuestro sin compromisos, entre las sábanas de mi cama que sabían no me pertenecías pero querías estar conmigo ¿cómo podría demandarte ahora cortar tus alas?
Acabas de irte y ya te necesito, tengo sed de ti, de tus besos, esos labios casi inmaculados que no se detienen aunque ruegue, aunque suplique que paren para no perder la cordura.
Acabas de irte y ya te extraño, la estela que dejaste a tu paso comienza a desvanecerse dime mujer ¿Cuándo volveré a verte?

TE AMO.