Así era ella...
Ella era así, tan callada, tan distante, tan vomitiva al mismo tiempo.
No vomitiva de esas que dan asco, sino de esas que enamoran con sus palabras.
Ella era así, yo la veía así, tan inalcanzable, tan lejana como las estrellas que ella amaba mirar,
era de esas que están y en un dos por tres se van, después regresan sin avisar.
Ella se destruía así misma cada noche y cada mañana renacía con el alba,
se miraba al espejo desnuda aunque con la ropa puesta, así era ella...
Amaba, amaba sin sentido de pertenencia, sin miedo, sin nostalgia,
amaba como sólo las locas saben amar.
Ella era así, una caracola llena de posibilidades infinitas, sin limites, creciente,
tan de si misma, tan de todos y de nadie, tan simple y tan compleja, tan cambiante.
Así era ella, compulsiva, constructiva, destructiva, renovadora, amante y amada,
al menos así la miraba yo, al menos así la sentía...
Ella podía derramar lágrimas sin motivo y después levantarlas para observarlas,
las cristalizaba y las guardaba en una botella esperando a quien obsequiarlas.
Podía reír por cosas tan simples como el nombre de un músculo,
podía llorar igual de fácil por ver sin hogar a un gato.
Ella era así, herida por tantas batallas, asustada pero consciente,
seguía luchando contra si misma, contra los demonios que parecían carcomerla por dentro.
Ella era así o, al menos, así la veía yo...



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