Él...

No había nadie como él, con el cuerpo fuerte y viril de un joven de diecisiete años y la mirada dura y penetrante de un hombre de mas de cincuenta. No había nadie como él, capaz de hacerme reír o llorar en el momento justo o el menos oportuno, nadie como él podía mezclarse entre la gente o aislarse por completo como un caracol en busca de planetas perdidos.
No había nadie como él, un ser capaz de ser el Principito de Antoine de Saint-Exupéry o el Edmundo Dantes de Alejandro Dumas.
No había nadie como él, una presa de sus propios presentimientos, un anarquista capaz de llegar a lo mas profundo de mi alma.
No había nadie como él, temeroso al compromiso pero conocedor de todo el cariño y deleite que podía dar a una persona, el cariño que pudo darme a mi. No había nadie como él, fotógrafo de ilusiones y retractor de sueños.
No había nadie como él, observador justo de su pasado,añorador de su futuro pero feliz habitante de su presente.
No había, ni habrá nadie como él, capaz de enamorarme, capaz de hacerme feliz, no habrá nunca nadie como él...